Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
NAUFRAGIOS Y COMENTARIOS




Comentario

De cómo los indios agaces rompieron las paces



Demás de lo que Gonzalo de Mendoza dijo y avisó al gobernador, de que se hace mención en el capítulo antes que éste, le dijo que los indios de la generación de los agaces, con quien se habían hecho y asentado las paces la noche del proprio día que partió de la ciudad de la Ascensión a hacer la guerra a los guaycurúes, habían venido con mano armada a poner fuego a la ciudad y hacerles la guerra, y que habían sido sentidos por las centinelas, que tocaron al arma; y ellos, conosciendo que eran sentidos, se fueron huyendo, y dieron en las labranzas y caserías de los cristianos, de los cuales tomaron muchas mujeres de la generación de los guaraníes, de cristianas nuevamente convertidas, y que de allí adelante habían venido cada noche a saltear y robar la tierra, y habían hecho muchos daños a los naturales por haber rompido la paz; y las mujeres que habían dado en rehenes, que eran de su generación, para que guardarían la paz, la misma noche que ellos vinieron habían huído, y les habían dado aviso cómo el pueblo quedaba con poca gente, y que era buen tiempo para matar los cristianos; y por aviso de ellas vinieron a quebrantar la paz y hacer la guerra, como lo acostumbran; y habían robado las caserías de los españoles, donde tenían sus mantenimientos, y se los habían llevado, con más de treinta mujeres de los guaraníes. Y oído esto por el gobernador, y tomada información de ello, mandó llamar los religiosos y clérigos, y a los oficiales de Su Majestad y a los capitanes, a los cuales dio cuenta de lo que los agaces habían hecho en rompimiento de las paces, y les rogó, y de parte de Su Majestad les mandó, que diesen su parescer (como Su Majestad lo mandó, que lo tomase, y con él hiciese lo que conviniese), firmándolo todos ellos de sus nombres y mano, y siendo conformes a una cosa, hiciese lo que ellos le aconsejasen; y platicado el negocio entre todos ellos, y muy bien mirado, fueron de acuerdo y le dieron por parescer que les hiciese la guerra a fuego y sangre, por castigarlos de los males y daños que continuo hacían en la tierra; y siendo éste su parescer, estando conformes, lo firmaron de sus nombres. Y para más justificación de sus delitos, el gobernador mandó hacer proceso contra ellos, y hecho, lo mandó juntar y acumular con otros cuatro procesos que habían hecho contra ellos; antes que el gobernador fuese los cristianos que antes en la tierra estaban habían muerto más de mil de ellos por los males que en la tierra continuamente hacían.